El final de una relación siempre es un fracaso,
siempre es un intento frustado
de querer tener algo que simplemente no se puede mantener.
Y un rompimiento siempre duele,
por los sentimientos involucrados,
por los buenos momentos,
y por el fracaso de saber que algo falló.
A veces si el alma y el cuerpo no están con la misma persona,
no vale la pena dar un paso adelante,
es mejor esperar un par de días que mejoren las cosas,
a veces no mejoran y es cuando es mejor decir adios.
Sobrellevar otro fracaso más.
Sin embargo no se disfrutan las victorias,
sino hubieran fracasos que nos enseñen el otro lado de las cosas.
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